Laocoonte pronuncia la famosa frase Timeo danaos et dona ferentes (Desconfío de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos), alertando a los troyanos de que podría ser una trampa, que dentro del caballo podía haber tropas aqueas y sugirió quemarlo, pero los troyanos no le hicieron caso. En su osadía lanzó palos en llamas para tratar de quemar el caballo de madera, en ese momento dos grandes serpientes emergen de las aguas y devoran a sus hijos; angustiado, se lanza a luchar contra las serpientes y también resulta devorado.
Laocoonte había roto la prohibición de Apolo al casarse y tener hijos (era sacerdote), esto junto a la profanación que supone tratar de destruir un regalo a la deidad fue la causa por la que Apolo lo castigó.
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